sábado, 30 de noviembre de 2013

Te odio en los pasillos desiertos
y en el silencio que los invade. 
Te odio en las miradas de la gente
y en las gotas de una lluvia
que ha decidido no terminar nunca. 
Te odio en el final de las canciones, 
en el umbral vacío de las puertas
y en las esquinas que no esperan a nadie. 
Te odio en cada amanecer tibio 
y en cada escalofrío que no provocas. 
Te odio porque era una de las opciones
y es la que he escogido. 
Te odio porque es la única manera de no extrañarte. 
He decidido odiarte sin barreras
mordiéndome los labios.
Como si no hubiera alternativa,
sin pactos ni banderas blancas. 
Te odio y nunca más haré otra cosa. 
Porque si tenía que perder a alguien
habría elegido a cualquier otra. 
Pero no a ti. 
Te odio porque me duele tanto tu ausencia 
que mis manos sólo me conducen a callejones sin salida.
Te odio porque me faltas 
en cada amanecer,
en cada línea que escribo 
y en los reflejos de las canciones.
Te odio porque perderemos los dos.
Te odio porque no sé que escondes.
Imagino que te odio, también,
por tus ojos.
Te odio por la mirada que ya nunca te permitirás. 



miércoles, 15 de agosto de 2012

Gracias Vasco

Estaba amaneciendo y Molino llevaba hablando un buen rato con una chica. Quedaban pocas personas en aquel prado y la gente estaba empezando a marcharse. Al cabo, Mancha aparece corriendo.
-!Molino¡!Molino¡-gritaba mientras se reía-.!Le hemos encontrado¡
Molino olvidó todo lo demás y salio corriendo, siguiendo a Mancha. Angus ya estaba en el borde de una cuesta escarpada y Manolo se lograba mantener en pie mientras se reía entre dientes. Molino se asoma y al fondo esta Vasco inconsciente. Empezó a descojonarse con Mancha no dando crédito a lo que veían sus ojos. Mancha levantaba las manos al cielo y lejos de reirse, solo gritaba. La gente empezó a acercase. Al fondo, Vasco, seguía tirado como un fardo, durmiendo, completamente manchado de barro.
Rasilla comienza a hacer un documental con su móvil. Enfoca a Mancha con la cámara y éste comienza a declarar.
-A mí esto me parece despampanante-logra articular-, si esto es delito, a mí que me encierren.
Y todos empezában a cantar: "...te fuiste y me dejaste solito".
Mancha empieza a tirar piedras rodando que chocaban contra la espalda de Vasco, que ni se inmuta. Ya, después de reirse, Angus y Molino deciden bajar a desperar a Vasco. Haciendo equilibrio en la cuesta llena de barro -pues había llovido- logran llegar hasta él. Molino empieza a zarandearle suavemente. Viendo que no notaba nada, empieza a darle palmadas en la cara. Acaba cogiendole del jersey, gritanole al oído. !Vasco¡!Vasco¡ Vasco abre lentamente los ojos y exhorta "Oh my God!". Molino y Angus se descojonan. Logran ponerle en pie y comienzan la penosa subida de la cuesta. Molino va delante y Angus detrás, cuidando de que Vasco no se caiga de espaldas. Vasco no logra mantener ningún tipo de equilibrio. En medio de la subida, Molino mira a Angus y éste le devuelve la mirada. Sonriendo suelta a Vasco y éste cae encima de Angus a unas zarzas. Vuelta a empezar. El último tramo es el mas penoso. Vasco no recuerda, el cabrón, cómo se anda, y le arrastran literalmente mientras farfulla en inglés. Ya arriba se celebra y se canta 1582. Entre cánticos de la Juventud del Papa y los Nikis llegan a la entrada del prado. Completamente anegada. Llena de barro. Mancha se retrasa, y susurra: Dejadle solo. Vasco, en coma y seminconsciente, sigue andando solo. De pronto se ve en medio de lodazal. Se sorprende e intenta dar un paso más pero no despega la zapatilla del suelo. Perdiendo el equilibrio se cae de culo. La gente no se podía reir más. Era imposible. Se intenta levantar y no puede. No le quedaban fuerzas. A Mancha le iba a dar algo. Manolo, alma caritativa, se mete y de puntillas y jugandose ese cuerpo de jamón maduro que tiene, le consigue levantar y sacar. Rasilla se hace cargo de Vasco y comienzan a andar hacia Comillas. A unos 10 kilómetros. Mancha para un coche y se meten Angus, Manolo, Mancha y Molino. El pobre abuelete no daba crédito. Manolo está un poco incómdo. Doblando la curva, ven a Rasilla y Vasco. Les insultan. !Hasta luego gilipollas¡!Que os jodan¡ Manolo sigue incómdo. Rasilla y Vasco devuelven los insultos con cara de pena. Llegan a Comillas y el cándido abuelete les deja en la iglesia, pues quería ir a misa. Manolo se da cuenta de que iba sentado en una silla de bebé. Al doblar un esquina, todos riéndose comentando la jugada, está Vasco. Nadie se ha descojonado tanto como ellos en aquel momento. !De donde has salido¡ Vasco no habla, sólo sonríe. Se van todos juntos al panadero. Vasco casi no consigue subir una cuesta. Finalmente, le acompañan todos a casa de Pepe. En un jardín idílico, con una casa antigua al fondo, contrastaba Vasco completamente lleno de barro. Entraba, el muy cabrón, sonriendo haciendo la señal de la victoria ante la atónita mirada de los vecinos.